El caos como objeto de enseñanza


Elaboración de Ernesto García para el
SEMINARIO HACIA UNA DIDÁCTICA DE LA NUEVA CIENCIA.

Julio de 2024

Cinco tesis de entrada para emprender la discusión sobre
la reconfiguración de la didáctica frente a la teoría del caos 


VERSIÓN PARA DESCARGAR

Prólogo

¿Cómo se aprende a nadar? ¿Y cómo se aprende a hablar? Lo primero, metiéndose en una piscina; lo segundo, metiéndose en una red de relacionamiento que los expertos llaman comunidad lingüística. La piscina y la comunidad lingüística son, por cierto, los objetos de enseñanza que los educadores, en general, y los maestros en especial ofrecemos a los niños para que aprendan a nadar y a hablar.

¿Cómo se aprende el caos? Metiéndose en el caos de la vida, no encerrándose en el laboratorio experimental aislado de las turbulencias, incertidumbres y azares que efectivamente constituyen la vida. Esta verdad de perogrullo, sin embargo, ha sido sistemáticamente excluida de la formación y el ejercicio real de los maestros, porque las autoproclamadas ciencias de la educación, y en particular la pseudociencia llamada psicología, pretenden convertir la escuela precisamente en laboratorios experimentales sometidos a sus pretenciosas «leyes científicas» que, como todos sabemos, ni son científicas ni son leyes. 

La Pedagogía Libertaria, heredera de la Pedagogía del Sujeto, ha sido, en este aspecto, un reino independiente porque desde el principio supimos que el futuro no es en absoluto el producto mecánico del pasado sino la incógnita siempre abierta e impredecible de la vida. Con la antropología filosófica aprendimos que la misión propia del maestro no está en la quimérica y fascista idea de formar el ciudadano del futuro, sino que nuestro trabajo consiste en hacer de cada alumno un miembro fiel y digno de la colectividad en consonancia con sus peculiaridades personales. 

La irrupción avasalladora de la posverdad como comunidad lingüística totalitaria que disputa a la escuela el circuito primario de identificación y afirmación de sí de todos los niños y adolescentes de la actualidad fue para nosotros un centro de interés investigativo de importancia creciente. que llegó a su máxima urgencia después de la experiencia mundial del aislamiento obligatorio que aceleró la emergencia de las comunidades escolares basadas en internet. Y por otra parte, desde el año mismo de la fundación del GIM, la deriva humanitaria del calentamiento global nos llevó a la investigación más audaz de la teoría de la evolución y la ecología como ciencias básicas y obligatorias para un ejercicio ilustrado de la enseñanza en el siglo xxi. La convergencia de estas dos vertientes de la investigación en el aula nos han instalado en un mundo completamente nuevo y más luminoso que, con Prigogine inicialmente, dimos en llamar la incertidumbre y que últimamente, guiados por Hayles, hemos aprendido a nombrar como teoría del caos. 

Es así que nuestro programa de investigación en el aula-autoformación debe emprender sin más demora el trabajo de actualización profesional que garantice a todos los docentes en ejercicio una efectiva y lúcida inmersión crítica en este mundo del caos, el azar, la incertidumbre y la creatividad regida por reglas. El texto que a continuación se propone es, como su caracterización lo indica, un planteamiento preliminar cuya validación experimental corresponde a las distintas células operativas del Equipo Docente en el ejercicio ordinario de sus funciones investigativas.


Cinco tesis de entrada para emprender la discusión sobre la reconfiguración de la didáctica frente a la teoría del caos 

§ Hasta el día de hoy la enseñanza escolar se ha articulado alrededor del ideal clásico del orden y la legalidad de la Naturaleza. 

§ La historia, la biología, la meteorología, la lingüística y la física cuántica, sin embargo, nunca cupieron en el canon clásico del orden, la legalidad, la predictibilidad y la prescriptibilidad. 

§ Salta a la vista que el azar y la incertidumbre constituyen el suelo común en el que han de establecerse cada una de esas disciplinas. De ahí esa incómoda y siempre discutida epistemología de la certeza que cada cual busca y defiende sin que nunca se logren acuerdos cerrados, definitivos, concluyentes como los que se esgrimen en el suelo de la física y la química clásicas. 

§ La teoría matemática de la información, la física de partículas elementales, la genética, la embriología, la matemática del caos y, finalmente, la informática son las disciplinas que en su desarrollo a lo largo del siglo XX rompieron el orden legal, predecible y predeterminable de la ciencia clásica dando paso a lo que hoy ya nombramos como nueva ciencia del siglo XXI, o teoría del caos, o ciencia de la incertidumbre o, más concretamente ecología de la biodiversidad. 

§ En consecuencia de este estado de situación, la disciplina de la didáctica está llamada a poner en duda el clásico ideal de la certeza, el orden y la legalidad natural de manera que, sin renegar del preciado tesoro de la verdad objetiva y disciplinaria que cada campo de saber construye, avance sabiamente hacia la articulación epistemológica del caos y la incertidumbre que reina en la naturaleza, en la historia y en la ciencia que el hombre se da como protección básica contra el desorden y la precariedad de su existencia.

UNA TRAYECTORIA CONCRETA HACIA LA TEORÍA DEL CAOS

Se propone a continuación una serie ordenada de textos que comparten tres características distintivas respecto del problema del caos y la incertidumbre que, según se ha planteado en nuestras tesis, deben convertirse en objeto de enseñanza en nuestras escuelas. 

La primera característica de los textos seleccionados es que ninguno de ellos forma parte ni de lejos del catálogo de lecturas profesionales que se enseñan en las Facultades de Educación ni en los muy diversos y plurales circuitos de formación y capacitación de los maestros en ejercicio. 

La segunda característica, que converge con la anterior en la definición más profunda de la serie que proponemos, es que todos los textos fueron producidos por científicos y no por humanistas ni mucho menos por pedagogos. Excepción especial y significativa es la de N. K. HAYLES cuya obra se produce y se publica desde su profesión de Filóloga y profesora de Inglés; pero en el libro citado es evidente que su investigación se remonta hasta sus orígenes profesionales cuando era una Química graduada del California Institute of Technology y ejercía como química investigadora en Xerox Corporation y en Beckman Instrument Company. 

Y la última característica de nuestros textos consiste en que son todos ellos documentos del más exigente rigor teórico respecto de las disciplinas científicas de sus autores pero, al mismo tiempo, naturalmente comprensibles y significativos para cualquier maestro en ejercicio que pretenda una enseñanza de vanguardia, independientemente incluso de sus antecedentes de formación profesional y aún del enfoque pedagógico en el que milite.